lunes, 5 de octubre de 2009

SERVICIO PSICOPEDAGÓGICO: "CHAU MAMADERA"

El pasado 31 de Agosto el jardín realizo una charla informativa – preventiva con la Lic. en Fonoaudiología Valeria Cirelli. Entre los temas destacados se hizo hincapié en los posibles efectos del uso prolongado de la mamadera en los niños…A partir de ese momento comenzaron a llegar al jardín las consultas de padres angustiados por tan difícil proeza…
Por tal motivo aquí van algunas reflexiones y consideraciones para que este segundo destete (como suele llamarse al período en el que el niño deja la mamadera) sea atravesado lo más armónicamente posible…

A veces el proceso de destete de la mamadera es más difícil para los padres que para el niño mismo. Si bien su utilización prolongada tiene consecuencias negativas (que ya detallaremos, para los padres es una comodidad, ya que el niño:
• Puede tomar leche, jugo o agua sin volcarse.
• No necesita la ayuda ni la compañía de un adulto para alimentarse.
• Se muestra más independiente ya que puede manejarse sólo con su mamadera.

Entonces…porque insistir en quitarle la mamadera a nuestro hijo????
Las situaciones de succión enérgica y chupeteo continuado, tanto de la mamadera, del chupete como del pulgar u otros dedos, son hábitos que pueden ocasionar las consecuencias que analizaremos a continuación:

• Efectos sobre la salud dental: Los dientes centrales inferiores se desvían hacia dentro, mientras que los dientes centrales superiores se separan y desvían hacía afuera. Se deforma y estrecha el techo de la boca. Las arcadas dentarias, inferior y superior, se desajustan y pierden la alineación correcta. Se producen las denominadas mordidas alteradas “abierta” o “cruzada”.
• Caries del biberón: El uso excesivo de la mamadera llena de leche , jugo y líquidos endulzados producen caries en los dientes temporales del lactante causando alteraciones de tipo funcional, estético, de fonación, esquelético, de nutrición y del desarrollo
• Otitis a repetición: Numerosas investigaciones han demostrado que los bebés que toman mamadera durante un tiempo prolongado tienden a sufrir más infecciones de oídos en su infancia.
• Falta de apetito para otros alimentos: los líquidos que toma en la mamadera atentan contra los buenos hábitos alimenticios (porque le quitan el hambre).
• Problemas de mordida, deglución atípica (Forma de masticación incorrecta, similar a la succión): Un niño que amamanta del pecho materno establece un patrón correcto de respiración nasal y posiciona correctamente la lengua, produciendo un correcto desarrollo, crecimiento y tonicidad de los músculos que intervienen en la deglución. Los niños que toman mamadera no realizan la fase de succión correctamente, por tal motivo, su utilización prolongada puede tener como consecuencia una instalada deglución atípica o respiración bucal Estas deficiencias frecuentemente producen, entre otras cosas, dificultad para pronunciar correctamente ciertas palabras (seseo, dificultad con la rr, etc).

Acerca del proceso del destete de la mamadera.
A partir del año y medio hay que ir despidiéndonos de la mamadera poco a poco, el niño no lo hará por si mismo, por eso necesita nuestra ayuda.
Cambiar la mamadera por la taza o el vaso, es un proceso del cual el niño debe apropiarse. Será un proceso paulatino que está relacionado con el aspecto madurativo. “Entonces….como todo aprendizaje debe ser gradual”. Aquí la palabra clave es PACIENCIA. Que es la ciencia de la paz. Paz, tranquilidad y sostén emocional es lo que vamos a necesitar.
Por qué los niños no quieren dejarla?
Así como hay niños que andan de acá para allá con su osito favorito o con su mantita, la mamadera también es fuente de confort emocional y gratificación. Los niños experimentan una sensación de seguridad derivada de la succión. Esta les relaja y tranquiliza. En general, los niños menos amamantados o con menos contacto físico con la madre, hacen perdurar más en el tiempo el contacto suave con el ritmo de la succión.
Muchos niños consideran que no solo sirve para alimentarse, pues para ellos también es un juguete en toda regla: su tetina se puede mordisquear, se agita, rueda, etc.
Si la succión le brinda seguridad y calma tal vez sea el momento de comenzar a ofrecerles lo mismo a nuestros hijos a través de la presencia, disponibilidad, mirada, compañía, cuerpo.
Si pretendemos suprimir la mamadera debemos ofrecer algo a cambio (y no me estoy refiriendo a reemplazar la mamadera por una golosina). Este es un aprendizaje interesante, ya que nos obliga a modificar el vínculo cotidiano con nuestros hijos en el cual “la mamadera” a la vez que calmaba a nuestro hijo nos daba “tiempo para …..(levantar la mesa, bañar al bebe, lavar los platos, mirar la novela, etc)”. Asentándonos en una modalidad “más genuina” podremos dialogar y hacer acuerdos según la necesidad de ambos. Seria ideal que el destete de la mamadera fuera progresivo y que padres e hijo puedan manejarlo según sus tiempos personales.

Sin la mamadera no “me” toma leche:
Luego del año de vida, el niño desacelera su curva de crecimiento y se evidencia su inapetencia. Muchos padres adoptan el camino fácil para que coma, seduciéndolo con una mamadera con leche que no satisface sus nuevas necesidades nutricionales, ya que ha dejado de ser un lactante.
La naturaleza es sabia, a esta altura nuestro hijo ya tiene dientitos, y a comenzado a ingerir alimentos sólidos. En ese caso será importante diversificar las opciones ofreciéndoles alimentos de calidad (verduras, frutas, cereales integrales, legumbres, etc)
El mayor escollo es que las mujeres ya no tenemos tiempo para cocinar, a veces no sabemos o no tenemos deseos de dedicarnos a la cocina. En la mayoría de los casos compramos comida ya preparada que suele sacarnos del apuro a los adultos, pero que generalmente no es adecuada para los niños. De alguna manera tendremos que contar con alguna alternativa para que tengan alimentos sencillos y de buena calidad.

Las críticas y las opiniones:
“Ese nene tiene hambre, pobrecito, y le estás negando la mamadera”
“Cuando eras chiquito a vos te di la mamadera hasta los cinco”

Estas observaciones, dichas por personas a quienes amamos y respetamos, dejan una huella imperceptible en nuestro interior, pues parece que respecto a la maternidad, todos tenemos una opinión.
¿Por qué las madres acatan las opiniones como si fuesen verdades reveladas? Cuántas veces quienes emiten opiniones sobre la crianza de nuestros hijos, sin que se las hayamos pedido, se convierten en depredadores emocionales, porque atentan contra la exploración genuina y contra el camino absolutamente personal que emprende cada madre y padre junto a sus hijos.

Los extremos no son buenos:

“Mi bebe ya esta grande……que angustia!!!”
A veces es a papá y mamá a quienes nos cuesta ayudar a nuestros hijos a dejar la mamadera, los seguimos viendo cómo bebés, pensamos que todavía son chiquitos, que no saben tomar solos, etc.
Despedirse de “ la mema” ( como solemos llamarle) nos muestra que nuestro hijo está creciendo, que ya no es “el bebé”, que ya es un nene o una nena que puede usar su vaso para tomar solo, que es más autónomo y que ya no nos necesita tanto como antes. Esto muchas veces a algunos papás puede asustarlos o hacerlos sentir no necesitados, entonces retrasan el proceso. El niño percibe la situación y logra manipularnos: conclusión, no podemos con la culpa y a los 4 años nuestro hijo sigue con el chupete a cuestas.

“Tan grandote y con mamadera….que vergüenza!!!”
También puede darse el caso contrario, que no tengamos paciencia para acompañarlo en este proceso, que queramos que sea grande rápido y no le damos tiempo para hacer su despedida. Lo apuramos a crecer y no le enseñamos a afrontar las pérdidas ni a elaborar el duelo (lo cual seguramente tendrá efectos sobre futuras pérdidas que deba afrontar.)

Algunas estrategias para que la despedida no sea tan dolorosa:
• Empezar la transición cuanto antes. Podemos empezar a darle vasos a partir de los siete meses, combinándolos, eso sí, con la mamadera. A esta edad todavía no pueden ingerir el contenido de una taza, lo único que harán con ella será juguetear, pero por algo se empieza. Pasada esa edad, el proceso puede ser paulatino, primero cambiamos la mamadera de leche del mediodía por una taza. Después, poco a poco se irán sustituyendo las demás.
• Paciencia y diversión. Les encanta jugar, así que podemos plantear el cambio de la mamadera a la taza como una diversión más. Sean creativos!!
• Muchos niños siguen tomando mamadera durante la noche (esta es la que más cuesta quitar porque les reconforta). Cambiarla por un buen baño caliente antes de acostarse, música relajante, mimos, un cuento…
• Respete los tiempos personales de tu hijo. Hay momentos en que no es bueno introducir este tipo de cambios. Por ejemplo, ante una mudanza inminente, el nacimiento de un hermanito, el ingreso al jardín, la pérdida de un ser querido,etc. En esos casos, es importante esperar que se tranquilicen las aguas y que la casa retome su ritmo habitual.
• Nunca recurra a castigos o medidas humillantes para forzar a su hijo a abandonar la mamadera. Reprender a un niño mayorcito por usarla dificulta su retirada definitiva. Alabe a su niño cuando logre dejarla definitivamente. Festéjelo y muéstrenle el orgullo que nos produce el que vaya haciéndose mayorcito. Recuerde, utilice siempre estos refuerzos positivos.
• Permítale que exprese sus sentimientos y preocupaciones en las situaciones en que más suele recurrir a la mamadera o al chupete. Estén especialmente atentos cuando parezca enfadado o preocupado por algo. Préstenle mucha atención y procuren proporcionarles consuelo y cariño.
• Si tras conseguir que abandone la mamadera, su hijo vuelve a acordarse de ella en los días siguientes y la pide de nuevo (cosa que probablemente ocurra). Sea firme. Recuérdele que ya no hay mamadera, y que él ya ha crecido y no usa esas cosas.

Como puedo hacer participe a mi hijo en la decisión de dejar la mamadera?

En un artículo de Eva Giberti ( psicóloga, psicoanalista) que escribió en "Página 12" en una publicación llamada "Escuela Para Padres", leí una sugerencia que me pareció interesante sobre cómo ayudar a nuestro hijo a separarse de la mamadera:

“Ahora que sos grande y tenés dientes y podes morder y masticar… a ver tocate los dientitos. Ahora que podes caminar, subirte a la sillas porque tenés piernas fuertes... ¡Mirá que fuertes que son!...
Entonces ya no necesitás la mamadera que usaste cuando eras chiquito, la mamadera te ayudó a crecer, vamos a darle las gracias a la mamadera y a decirle adiós.
¡Gracias querida mamadera porque me ayudaste a crecer! Ahora te digo adiós... vamos a guardarla en una cajita y se queda con nosotros, durmiendo.”


Sugerencia: Acompaña a tu hijo en este transitar para que se sienta contenido. Decir adiós a la mamadera es un paso muy importante en el desarrollo madurativo del infante, la fortaleza que le trasmitas será fundamental para la seguridad en si mismo. Lo importante es que el niño sienta que cuenta con el apoyo de sus padres en esta transición y que ellos están convencidos de que este desprendimiento es algo positivo.

Ahhhh……y preparense para un poco de llanto. Es normal que el niño proteste por los cambios. Los berrinches no durarán para siempre….. BUENA SUERTE!!


Nos gustaría que compartan con nosotros sus experiencias con respecto a este tema, qué ideas se les ocurren, recuerdos de su infancia, etc Súbanlas al blog…..los esperamos!!!

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