viernes, 2 de octubre de 2009

"LOS PRIMEROS PASOS HACIA EL MUNDO DE LA LECTURA"





En esta oportunidad queremos disfrutar con ustedes el placer de leer y más aún cuando leemos junto a nuestros hijos, por eso los invitamos a que, desde sus casas, cada familia continúe brindando estos espacios, fomentando en los más pequeños la magia de las palabras, los primeros pasos hacia el mundo de la lectura.
El mundo de la lectura es un mundo lleno de imaginación, creatividad, un mundo que nos invita a ser exploradores y autores, y a descubrir tesoros a partir de las palabras. Como dice Graciela Montes (reconocida escritora argentina dedicada a la literatura infantil) “leer” es sentirse perplejo, desconcertado, urgido por el enigma y a partir de esto, recoger indicios y construír sentido. Este construír sentido tiene que ver con el poder de encontrar un lugar significativo para uno frente a ese enigma desconcertante en el que nos encontramos. La lectura construye, construye sentidos.
Cuando somos grandes solemos leer en soledad, buscamos un ambiente tranquilo y nos zambullimos en la lectura. Sin embargo en la infancia y sobre todo en los primeros años de vida, leer requiere de “otro”, de otro que nos invite, que nos proponga, que nos ayude a dejarnos acariciar por los tonos de voz, por las imágenes, por la magia de las palabras. Toda lectura es una construcción personal y podemos decir que un recién nacido “lee” cuando interpreta señales o indicios de la ausencia de la madre o cuando anticipa lo que va a suceder. Por ejemplo ante determinados preparativos sabe que lo van a bañar, que le van a dar de comer, etc. Sin embargo para poder ser verdaderos autores y protagonistas, para poder acceder a esa construcción personal todos en algún momento necesitamos de oto. Sabemos que un niño no aprende a hablar solo por el hecho de tener voz, tampoco aprende a caminar por tener piernas, sino que aprende porque existe otro significativo para él que lo escucha, que le habla, que lo acompaña, que esta a su lado. De la misma manera los niños aprenden a leer.
Por lo tanto podemos afirmar que no se aprende a “leer” cuando ingresamos a la escuela. La lectura va mucho más allá de conocer un método o saber descifrar un código escrito. La lectura tiene que ver justamente con la posibilidad de dejarse abrazar por las palabras de otro y al mismo tiempo apropiarse de esas palabras que se hacen nuestras cuando las recreamos. El aprendizaje de la lectura y el amor por la misma puede cultivarse aún desde antes de nacer, cuando la mamá y el papá recitan versos, poesías, canciones a esa panza que crece, y más adelante, cuando los adultos comienzan a compartir con el niño relatos de cuentos e historias muchas veces aprendidas de memoria y que han permanecido en la familia por generaciones.
Poner al alcance del niño libros para su edad es otra forma de compartir con ellos un momento de intimidad familiar. Será más fácil para el niño acercarse a la lectura si en su ambiente familiar este hábito esta presente. Si percibe que sus papás leen, disfrutan y demuestran valoración y respeto por los libros, es muy probable que él haga lo mismo. Como siempre decimos, los adultos somos sus principales referentes. Nuestro rol es en definitiva estimular el deseo de explorar, de leer, de APRENDER.
Sepamos valorar esos momentos tan especiales en los cuales acompañamos a nuestros hijos con la lectura dejándonos transportar sin miedos ni restricciones a través de las palabras, abriendo siempre las puertas al deseo de conocer.

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